Por cada hectárea cultivada de maíz blanco, en México la producción es de 11 toneladas, en EE.UU de 10 y en Colombia de 4,8 toneladas.
El incremento de US$20 por tonelada en menos de cuatro meses en el precio del maíz blanco tiene con los nervios de punta a una de las principales harineras que opera en el país. Se trata de la compañía venezolana Alimentos Polar, que opera en Colombia desde 1995 y dueña de la marca Harina PAN.
Su dolor de cabeza, no es sólo el precio del maíz blanco, sino su elevado arancel (40%) para la importación de las 300 mil toneladas anuales que el negocio demanda en el país. Según el gerente general de Alimentos Polar, José Antonio Pulido, ante este panorama, los colombianos consuman la arepa más cara del mundo.
Pulido señaló que este tipo de productos lo consume el 73 % de la población del país, especialmente en los estratos más bajos.
El directivo recalcó que si bien hay algunos sustitutos del maíz blanco, como el trigo y el maíz amarillo, estos productos tienen un arancel de apenas el 5%, lo que hace poca atractiva la industria de alimentos para producir arepas y otros alimentos de alto consumo en Colombia y en el mundo.
Pulido pidió al Gobierno que se reduzca el arancel, con el fin de poder ofrecer este alimento más económico a los colombianos.
Además, solicitó que el Gobierno haga el respectivo acompañamiento técnico a los agricultores, con el fin de hacer más productiva la tierra.
Mientras que en México una hectárea de tierra sembrada con maíz blanco produce 11 toneladas del alimento, en Estados Unidos 10 y en Colombia tan sólo produce 4,8 toneladas, lo que no hace competitivo el agro colombiano.
Por esta razón, Alimentos Polar trabaja en el incremento de las hectáreas sembradas de maíz blanco en el país. La compañía tiene proyectado cerrar el año con la compra de 21 mil toneladas de maíz, lo que representa el doble de lo que se compró el año pasado, explicó Pulido.
“Para que el país sea más competitivo y productivo en este campo, se requiere de un compromiso de cada uno de los actores de la cadena, que incluya a las casas de semillas, a los distribuidores de fungicidas, al Gobierno, a los campesinos y a los compradores. De lo contrario, los precios de los productos finales serán cada vez más costosos”, explicó.
En el país se consumen 700 mil toneladas de maíz blanco, pero sólo se produce un poco más de la mitad, razón por la cual hay que importarla y sólo puede traerse de Estados Unidos, pero su arancel es muy alto, recalcó Pulido.
El incremento de US$20 por tonelada en menos de cuatro meses en el precio del maíz blanco tiene con los nervios de punta a una de las principales harineras que opera en el país. Se trata de la compañía venezolana Alimentos Polar, que opera en Colombia desde 1995 y dueña de la marca Harina PAN.
Su dolor de cabeza, no es sólo el precio del maíz blanco, sino su elevado arancel (40%) para la importación de las 300 mil toneladas anuales que el negocio demanda en el país. Según el gerente general de Alimentos Polar, José Antonio Pulido, ante este panorama, los colombianos consuman la arepa más cara del mundo.
Pulido señaló que este tipo de productos lo consume el 73 % de la población del país, especialmente en los estratos más bajos.
El directivo recalcó que si bien hay algunos sustitutos del maíz blanco, como el trigo y el maíz amarillo, estos productos tienen un arancel de apenas el 5%, lo que hace poca atractiva la industria de alimentos para producir arepas y otros alimentos de alto consumo en Colombia y en el mundo.
Pulido pidió al Gobierno que se reduzca el arancel, con el fin de poder ofrecer este alimento más económico a los colombianos.
Además, solicitó que el Gobierno haga el respectivo acompañamiento técnico a los agricultores, con el fin de hacer más productiva la tierra.
Mientras que en México una hectárea de tierra sembrada con maíz blanco produce 11 toneladas del alimento, en Estados Unidos 10 y en Colombia tan sólo produce 4,8 toneladas, lo que no hace competitivo el agro colombiano.
Por esta razón, Alimentos Polar trabaja en el incremento de las hectáreas sembradas de maíz blanco en el país. La compañía tiene proyectado cerrar el año con la compra de 21 mil toneladas de maíz, lo que representa el doble de lo que se compró el año pasado, explicó Pulido.
“Para que el país sea más competitivo y productivo en este campo, se requiere de un compromiso de cada uno de los actores de la cadena, que incluya a las casas de semillas, a los distribuidores de fungicidas, al Gobierno, a los campesinos y a los compradores. De lo contrario, los precios de los productos finales serán cada vez más costosos”, explicó.
En el país se consumen 700 mil toneladas de maíz blanco, pero sólo se produce un poco más de la mitad, razón por la cual hay que importarla y sólo puede traerse de Estados Unidos, pero su arancel es muy alto, recalcó Pulido.
FUENTE: http://www.elespectador.com/
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