Almudena Álvarez | Palencia
Un grupo de investigadores del Centro Tecnológico Itagra de Palencia ha dado con la solución para desinfectar suelos agrícolas, y prepararlos para el cultivo, evitando el uso de fitosanitarios químicos y la contaminación que esto implica.
Tres años de investigaciones han concluido que el ozono, un gas con gran poder oxidante, es superefectivo eliminando microorganismos y malas hierbas y además no contamina porque no deja ningún residuo en el suelo, solo oxígeno.
La idea surgió a raíz de un proyecto en el que se buscaban aplicaciones del ozono en la agricultura, explica el coordinador de I+D del Itagra, Alberto Sanz. Un proyecto que derivó en éste, centrado en la desinfección del suelo, muy apropiado en un momento en el que la normativa europea introdujo nuevas restricciones sobre el uso de fitosanitarios y prohibió algunos como el bromuro de metilo, de uso habitual pero muy contaminante medioambientalmente y perjudicial para la salud de la persona que lo aplica.
"La apuesta fue arriesgada porque la tecnología es complicada y difícil de investigar", recuerda Sanz. Sin embargo, merecía la pena intentarlo porque el ozono libera radicales de oxígeno en cantidad tan abundante que "es un veneno" para los microorganismos, pero no contamina y eso había que demostrarlo, explica Alberto Sanz.
Dicho y hecho: el equipo dirigido por Sanz y la técnico de Agroingeniería y Medio Ambiente, Berta Gil, decidió hacer los primeros ensayos en un suelo previamente infectado con una alta concentración de patógenos.
Se eligió un suelo típico de la fresa, un cultivo muy sensible a los patógenos que requiere la desinfección del suelo en cada campaña. "Son suelos arenosos y con poca materia orgánica", aclara Berta. Una vez determinado el nivel de contaminación que existía se aplicó ozono y se comprobaron las repercusiones que había tenido en el suelo.
Los resultados demostraron que en microorganismos aerobios mesófilos, es decir, los microorganismos más frecuentes que hay en el suelo, el nivel de desinfección del ozono había sido superior al de muchos fitosanitarios. "Aplicando ozono durante 15 minutos y posteriormente otros 15 minutos se ha obtenido un 95% de desinfección, solo superable con el bromuro de metilo", explica Berta Gil. "Incluso con un minuto de aplicación de ozono se ha llegado a un 70% de desinfección", agrega.
Entre los inconvenientes están que la captura del ozono consume mucha energía eléctrica y el ozono hay que generarlo in situ para que no se degrade el oxigeno y pierda la capacidad de oxidar. Es decir, que "hay que generarlo en el momento en el que se va aplicando y no se puede almacenar, ni meter en botellas", aclara el experto.
La ventaja es que el producto resultante de la descomposición del ozono es oxigeno, así que, una vez realizado el tratamiento, en cuestión de minutos desaparece todo residuo, con lo que eso supone medioambientalmente.
Un grupo de investigadores del Centro Tecnológico Itagra de Palencia ha dado con la solución para desinfectar suelos agrícolas, y prepararlos para el cultivo, evitando el uso de fitosanitarios químicos y la contaminación que esto implica.
Tres años de investigaciones han concluido que el ozono, un gas con gran poder oxidante, es superefectivo eliminando microorganismos y malas hierbas y además no contamina porque no deja ningún residuo en el suelo, solo oxígeno.
La idea surgió a raíz de un proyecto en el que se buscaban aplicaciones del ozono en la agricultura, explica el coordinador de I+D del Itagra, Alberto Sanz. Un proyecto que derivó en éste, centrado en la desinfección del suelo, muy apropiado en un momento en el que la normativa europea introdujo nuevas restricciones sobre el uso de fitosanitarios y prohibió algunos como el bromuro de metilo, de uso habitual pero muy contaminante medioambientalmente y perjudicial para la salud de la persona que lo aplica.
"La apuesta fue arriesgada porque la tecnología es complicada y difícil de investigar", recuerda Sanz. Sin embargo, merecía la pena intentarlo porque el ozono libera radicales de oxígeno en cantidad tan abundante que "es un veneno" para los microorganismos, pero no contamina y eso había que demostrarlo, explica Alberto Sanz.
Dicho y hecho: el equipo dirigido por Sanz y la técnico de Agroingeniería y Medio Ambiente, Berta Gil, decidió hacer los primeros ensayos en un suelo previamente infectado con una alta concentración de patógenos.
Se eligió un suelo típico de la fresa, un cultivo muy sensible a los patógenos que requiere la desinfección del suelo en cada campaña. "Son suelos arenosos y con poca materia orgánica", aclara Berta. Una vez determinado el nivel de contaminación que existía se aplicó ozono y se comprobaron las repercusiones que había tenido en el suelo.
Los resultados demostraron que en microorganismos aerobios mesófilos, es decir, los microorganismos más frecuentes que hay en el suelo, el nivel de desinfección del ozono había sido superior al de muchos fitosanitarios. "Aplicando ozono durante 15 minutos y posteriormente otros 15 minutos se ha obtenido un 95% de desinfección, solo superable con el bromuro de metilo", explica Berta Gil. "Incluso con un minuto de aplicación de ozono se ha llegado a un 70% de desinfección", agrega.
Entre los inconvenientes están que la captura del ozono consume mucha energía eléctrica y el ozono hay que generarlo in situ para que no se degrade el oxigeno y pierda la capacidad de oxidar. Es decir, que "hay que generarlo en el momento en el que se va aplicando y no se puede almacenar, ni meter en botellas", aclara el experto.
La ventaja es que el producto resultante de la descomposición del ozono es oxigeno, así que, una vez realizado el tratamiento, en cuestión de minutos desaparece todo residuo, con lo que eso supone medioambientalmente.
FUENTE: http://www.elmundo.es/
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