Con el inicio de la siembra de los granos gruesos, el gobierno tiene una gran chance de hacer por una vez lo que proclama. Por primera vez en mucho tiempo, los márgenes brutos que dejaría el maíz están superando a los de la soja.
La ecuación favorable para sembrar el forrajero, sin embargo, tiene la misma piedra que siempre en el zapato: la falta de confianza por las medidas aplicadas por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Los excelentes números que ofrecería el maíz a los productores en la campaña 2011/12 no surgen del sector privado. El especialista del INTA Pergamino, Reynaldo Muñoz, apuntó ayer que el margen bruto de ese cultivo en el norte bonaerense podría oscilar entre 552 y 796 dólares por hectárea, según el rendimiento posible sea de 75 o 95 quintales por hectárea. En la misma región, la soja depararía 494 dólares si la cosecha llegara a 28 quintales, o 753 dólares si se obtuvieran 38 quintales.
En ambos casos, ganaría el maíz.
Un informe de AACREA confirmó que esa situación se repite en la mitad de las zonas agrícolas donde compiten ambos cultivos. Y puntualizó que en todo el país el grano forrajero arrojaría mejores resultados económicos si sus condiciones de venta fueran semejantes a las de la soja. ¿No lo son? No. Como con el trigo, los chacareros no deciden libremente cuándo vender su maíz, pues el Gobierno les fija cupos para el mercado doméstico y habilita la exportación en cuentagotas.
Santiago del Solar, titular de Maizar, explicó que “como productor, yo sé que a la sojala voy a poder vender cuándo quiera y cómo quiera . En cambio con el maíz no sé, no hay certeza ”. Esta distorsión explica por qué desde hace años los productores limitan la siembra de maíz (cayó a su mínimo histórico dos años atrás) y se abrazan a la soja. Así, mientras la oleaginosa ocupa 19 millones de hectáreas, los marlos se alzan apenas sobre 3,5 millones de hectáreas.
La intervención de Moreno en el mercado (él decide quién, cuándo y cuánto maíz puede venderse) provoca que los productores sufran, al momento de vender, un descuento adicional al que ya se les realiza por las retenciones. Por estos días esa “retención extra” llega a unos 40 dólares por tonelada. También lo dice el Estado. El maíz cotiza a unos 180 dólares por tonelada, cuando según el Ministerio de Agricultura (que todos los días publica un valor FAS teórico) debería valer cerca de 220 dólares.
Equilibrar una canasta agrícola desde hace años dominada por la soja sería fundamental para lograr el supuesto objetivo de agregar valor a la producción rural, proclamado intensamente por el Gobierno. El maíz es un cultivo clave para el desarrollo de las cadenas productoras de carnes , entre muchas otras posibilidades industriales. Pero ese equilibrio sería todavía mucho más importante porque permitiría detener una “sojización” que a esta altura resulta peligrosa para la sustentabilidad de los suelos. Adicionalmente, el maíz requiere una inversión que duplica a la de la soja y demanda tres veces más almacenamiento y fletes.
Pero a la fecha, el Gobierno ni siquiera habilitó la posibilidad de cerrar negocios de exportación para la próxima cosecha, que podría llegar al récord de 28 millones de toneladas.
En resumen, se podría sembrar mucho más maíz. Está todo menos la confianza.
FUENTE: http://www.ieco.clarin.com/
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