Después de 15 años sin nuevos eventos transgénicos en soja, el Ministerio de Agricultura anunció ayer que están autorizadas en el país dos sojas Liberty Link (LL), resistentes al glufosinato de amonio, propiedad de la firma Bayer.
"Con esto nos ponemos a la par con Brasil y Estados Unidos en este tipo de eventos. Esta aprobación permite la liberación comercial, o no, según decida la firma. Lo importante es que estamos ofreciendo hoy dos nuevas sojas aprobadas que van a permitir una alternancia con respecto al único evento que teníamos", explicó el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, que hizo el anuncio en el marco del XIX Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
Bayer aún no confirmó si comercializará las variedades aprobadas y cuándo lo hará. La empresa, como el resto de la industria semillera, está pendiente de que el Gobierno resuelva el viejo problema de la propiedad intelectual, vinculado con el cobro de regalías de la soja, para poner en circulación nuevos eventos. Las compañías reclaman el pago de un canon específico por el uso del gen.
Por otro lado, en caso de decidir comercializar el evento Liberty Link, Bayer también analiza combinarlo con otros eventos, para lograr una solución más eficiente para las malezas resistentes.
Mientras tanto, desde principios de año las compañías semilleras impulsan la firma de acuerdos privados con los productores que quieran acceder a las nuevas tecnologías, como la soja RR2 de Monsanto, ya disponible en Brasil.
"Si se ve una fuerte voluntad de los productores de suscribir los acuerdos privados para pagar regalías, los semilleros podrían avanzar en comercializar los nuevos eventos, aunque no haya una nueva ley", confió una alta fuente de la industria.
La mayoría de los productores que hasta ahora adhirió al sistema de pago de regalías proviene del Noroeste del país, donde la soja BT/RR2 puede mejorar la productividad del cultivo.
Ese esquema de pago, similar al que rige en Brasil y en Paraguay, despertó el rechazo de la Federación Agraria Argentina (FAA), que acusó a la empresa norteamericana de "prácticas monopólicas". El presidente de la entidad, Eduardo Buzzi, anunció en su momento la realización de marchas de protesta contra la firma semillera, que hasta ahora no se concretaron.
En el anuncio, Basso consideró que se debe dar impulso a la aprobación de otros eventos. "Hay muchas razones para hacerlo: la competitividad, la resistencia de algunas malezas al glifosato, la posibilidad de generar otras alternativas y el uso del glufosinato de amonio como un herbicida que permita superar en algunos casos las resistencias que estamos viendo", dijo Basso.
"Para nosotros es un hito muy importante", señaló Earle Gastaldi, director técnico de Bayer. Para el directivo, la aprobación de las sojas LL sirven para que el país esté a tono con las regulaciones vigentes en el resto de la región.
Por su parte, el presidente de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), Oscar Domingo, declaró: "Es una enorme satisfacción haber trabajado en promover una tecnología que permite a la Argentina cumplir con lo que el mundo espera que la Argentina haga: producir muchos alimentos". Según explicó Gastaldi, la tecnología de tolerancia de Glufosinato de Amonio en soja está disponible en Estados Unidos y Canadá, y en Brasil ya está registrada. Bayer presentó el expediente de aprobación en la Argentina en 1998.
El 98 por ciento de la soja, el primer cultivo del país y el principal generador de divisas por exportaciones, proviene de semillas genéticamente modificadas. Desde que la Argentina autorizó su utilización en 1996, el área sembrada con soja se triplicó. Al ser necesario utilizar una menor cantidad de herbicidas y aplicarlo con siembra directa, que evita arar la tierra, se redujeron notablemente los costos de producción para los agricultores.
FUENTE: http://www.lanacion.com.ar
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