Las plantas tienen distinto comportamiento social y actitud en función del resto de la comunidad, un carácter de "dos caras" que varía según las especies vecinas, según demuestra una invetigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), publicada este jueves en la revista PLoS ONE y que apunta que las plantas más poderosas pueden facilitar el crecimiento de otras más débiles.
El artículo apunta que, por ejemplo, el esparto dificulta el crecimiento del albardín al mismo tiempo que favorece el de la siempreviva morada, porque las distintas especies no se relacionan según una red jerárquica establecida en función de su capacidad competitiva.
El trabajo analiza el comportamiento de 10 especies de plantas perennes en condiciones controladas durante un año, durante el cual se forzó el crecimiento de parejas de plantas de la misma especie y de distintas especies en estrecho contacto, solapando sus raíces.
Así, la investigadora del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas, autora de la investigación, Cristina Armas ha explicado que hasta ahora se asumía que las comunidades vegetales en equilibrio se organizaban "jerárquicamente, donde el más fuerte siempre compite y vence al débil".
Armas ha detectado casos en que esto no es así, como el del esparto (Stipa tenacissima) que ejerce un efecto muy negativo en el crecimiento del albardín (Lygeum spartum) mientras que estimula el de la siempreviva morada (Limonium insigne). El albardín, por su parte, compite consigo mismo pero también beneficia a la siempreviva morada.
Por su parte, el investigador del CSIC y coautor del artículo Francisco Pugnaire ha subrayado que el artículo demuestra que "el más fuerte no siempre gana y que las interacciones entre plantas dependen de la identidad de sus vecinas".
Algunas especies siempre tienen un comportamiento similar, como la coscoja (Quercus coccifera), cuyo efecto siempre es negativo para el resto, y la retama (Retama sphaerocarpa), de efectos positivos. "La capacidad competitiva de una especie puede no ser absoluta, sino relativa", ha señalado.
Por último, la autora de la investigación indica que la forma en que las distintas especies se relacionan entre sí determina el desarrollo de una especie en la comunidad y es "clave" para la coexistencia entre especies distintas". "Las especies más poderosas de la comunidad pueden llegar a facilitar el crecimiento de otras más débiles", ha concluido.
ECOticias.com – ep
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